Nunca en vano
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Porque en esto es verdadero el dicho: “Uno es el que siembra, y otro
es el que siega.” (Juan 4:37)
Una de las cosas más difíciles de compartir el Evangelio es encontrar
a alguien que no está interesado en oírlo – o peor – alguien que se
vuelve hostil hacia nosotros por compartirlo. Por eso es importante
que recordemos que Dios también ama a aquellos que rechazan su mensaje
de salvación, y todavía hay esperanza de que vengan aunque sea al
final. Se ha dicho que, en promedio, la gente escucha el Evangelio
siete veces antes de aceptarlo. De modo que ese momento de rechazo
podría ser el momento en que se siembra una semilla. Eso significa
que, no importa cómo la gente nos responda, compartir la Buena Nueva
siempre es una victoria.
Mientras oramos juntos hoy, pidamos que el Espíritu Santo continúe
trabajando en los corazones de aquellos que han rechazado el mensaje
que compartimos. Pida que ellos reciban conciencia de su necesidad de
Dios. Y pida que se ablanden los corazones de aquellos que son
agresivos. También, oren para que nuestros hermanos y hermanas que
enfrentan estos rechazos no se desanimen por causa de ellos. Y oremos
para que siempre recordemos, que Dios nos usa incluso cuando nos
enfrentamos al rechazo.
Solicitud:
Pídale a su personal de oficina que comparta sus propias experiencias
de rechazo mientras comparte el Evangelio. Anímense unos a otros con
el recordatorio de que la Palabra de Dios nunca vuelve atrás vacía.
Luego oren por cada persona con los que sus miembros del personal
compartieron, y oren por nuestros trabajadores en el campo el día de
hoy, cuando tengan que enfrentar el rechazo mientras comparten la
Buena Nueva.
“Prefiero que la gente me odie con el conocimiento
de que traté de salvarlos.” – Keith Green
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