February 10, 2017
“…hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se
arrepiente.” – (Lucas 15:10)
¿Habrá un sentimiento más maravilloso que ser usado por Dios en el
momento en que una persona entrega su vida a Jesús? Ese momento es de
lo que se trata nuestro ministerio, trayendo más gente a Su Reino
alrededor del mundo. Pero nuestro trabajo no se termina cuando alguien
se salva. De muchas maneras, está apenas comenzando.
¿Recuerdas lo que fue para ti cuando te aceptaste a Jesús? Pasar de
vivir en la oscuridad a -de repente- conocer a Dios personalmente,
cambia toda nuestra vida. Para la mayoría de la gente, significa
unirse a una nueva familia de la iglesia. Pero para algunos, también
significa perder sus familias terrenales. La transición que involucra
seguir a Cristo a veces puede ser un proceso intimidante y difícil.
Mientras oramos juntos hoy, recordemos a los nuevos creyentes por todo
el mundo.
Oremos para que nuestros obreros puedan hace un seguimiento eficaz con
ellos y que puedan establecer a estos nuevos cristianos en vibrantes
cuerpos eclesiales o Grupos de Cristo. Oremos para que cada nuevo
creyente crezca en amor y obediencia mientras aprenden a orar, adorar
y estudiar la Palabra de Dios. Ore por aquellos cuya fe en Jesús les
expondrá a un conflicto dentro de sus familias, o a sufrir amenazas de
sus gobiernos. Y oren para que el Cuerpo de Cristo provea un ambiente
acogedor y de apoyo para los nuevos creyentes en todas partes.
Solicitud:
Pida a sus miembros del personal que compartan sus testimonios sobre
cómo llegaron a conocer a Jesús. Pregunte quién les ayudó a cada uno
de ellos a aprender a caminar con Dios. Entonces, piense en cada uno
de los miembros más nuevos en su iglesia local y oren juntos por esa
persona hoy.
“Los palacios y las pirámides se construyen poniendo un ladrillo, o un
bloque, a la vez; y el reino de Cristo es agrandado por conversiones
individuales. “- James H. Aughey
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