Hambre por la Dirección Divina

29 January 2017

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 January 29, 2017
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“Mientras ayunaban y participaban en el culto al Señor, el Espíritu
Santo dijo: «Apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al
que los he llamado.» Así que después de ayunar, orar e imponerles las
manos, los despidieron.”- (Hechos 13: 2-3)
Alrededor de 18 años después de la ascensión de Jesús, en medio de una
gran fecundidad en el ministerio, el liderazgo de la Iglesia Primitiva
eligió dirigir desde una postura de dependencia de Dios para la
dirección. Pusieron el seguir al Señor en el centro de su
planificación e incluso ayunaron como expresión de su hambre por el
liderazgo perfecto de Dios. La oración, la adoración y el ayuno fueron
la base de los esfuerzos evangelísticos de la Iglesia Primitiva, ¡Y el
plan de envío de Dios dio como resultado un gran fruto!
Mientras hacemos planes para el Año Nuevo, aceptemos los mismos
valores que fueron fundamentales en la misión de la Iglesia Primitiva.
Al orar de manera individual y corporativa, exprese su dependencia de
Dios por su liderazgo y dirección de las actividades de su ministerio
en el próximo año. Ore con la esperanza de que Dios le dará una guía
clara y una nueva confianza de que usted está siendo enviado de nuevo
por el poder del Espíritu Santo.

Solicitud:

Cada hogar para Cristo es un ministerio que siempre ha valorado los
mapas. Saque un mapa de su país pida encarecidamente a Dios que dirija
sus esfuerzos este año mientras planea llegar a varias comunidades y
distritos. Si bien estamos comprometidos a ir a cada hogar, ¿podría
ser que Dios te dirija en oración a áreas específicas donde la Cosecha
está madura? Pongan manos a la obra y oren por los líderes MTCs y los
misioneros pioneros, para que sean enviados a sus áreas en el poder
del Espíritu Santo.
“Durante la noche Pablo tuvo una visión en la que un hombre de
Macedonia, puesto de pie, le rogaba: «Pasa a Macedonia y ayúdanos.»
Después de que Pablo tuvo la visión, en seguida nos preparamos para
partir hacia Macedonia, convencidos de que Dios nos había llamado a
anunciar el evangelio a los macedonios. “- (Hechos 16: 9-10)

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