February 14, 2017
“El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el
hombre.” – (Proverbios 27:17)
Una de nuestras convicciones inalterables es que, sin unidad, terminar
la tarea del evangelismo mundial es imposible. Nos necesitamos el uno
al otro. Es por eso que Jesús envió a los discípulos en parejas, y es
por eso que Pablo siempre viajaba con compañeros como Bernabé o Silas.
Jesús oró para que Su Iglesia sea una en Él (Juan 17:21), tanto como
sea posible, debemos esforzarnos por vivir y trabajar juntos.
Vivir para Jesús y compartirlo con otros no es fácil. Necesitamos
apoyarnos unos a otros con paciencia, ánimo y trabajo en equipo. No
importa el país o la cultura en la que vivimos, o el trasfondo
denominacional de donde provenimos, servimos a un solo Dios, y
compartimos un Evangelio. Somos uno en Cristo.
Mientras respaldamos a nuestros trabajadores hoy, oremos por la unidad
dentro del Cuerpo. Oremos para que nuestras diferencias siempre tomen
un segundo lugar al compararlas con el amor que compartimos en Jesús.
Oremos para que podamos confiar los unos en los otros y para estar
disponibles cuando seamos necesarios. Y oren para que en un espíritu
alentador se animen mutuamente hacia la meta a la que hemos sido
llamados: Cambiar vidas a través del Evangelio de Cristo.
Solicitud:
Pida a cada miembro del personal de la oficina que exprese su aprecio
por alguien más en su equipo y aliente a esa persona en el trabajo que
está haciendo por el Señor. Cuantos más específicos puedan ser, mejor.
Entonces, pídale a cada persona que piense en un hermano o hermana en
Cristo que necesite perdonar o hacia la cuál precisa demostrar un
extra de paciencia, y aliéntelos a orar por esa persona hoy.
“Las ovejas van en manadas, y también el pueblo de Dios.” – Charles Spurgeon
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