13 February 2017

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 February 13, 2017
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“Tu mujer será como una vid que lleva fruto a los lados de tu casa;
tus hijos serán como brotes de olivo alrededor de tu mesa.”- (Salmos
128: 3)
A lo largo de esta serie de oraciones de Avance Rápido, hemos
respaldado a nuestros compañeros de trabajo de todo el mundo, pero hay
otros que también han estado orando por nuestros trabajadores con un
fervor profundo y personal: sus propias familias.
Cada persona que participa en la evangelización con EHC representa un
hogar lleno de seres queridos. Ellos tienen cónyuges que cuidar, niños
que criar y -los más afortunados- padres que se preocupan por ellos.
Sin duda, nuestros trabajadores tienen preocupación por sus familias
en casa a medida que evangelizan, y sus familias también experimentan
preocupaciones acerca de nuestros obreros cada vez que ellos van.
Otros evangelistas de EHC pueden sentir angustia cuando piensan en sus
familias. Algunos han sido rechazados por padres comprometidos con
otros sistemas religiosos. Otros desean ver a sus seres queridos
encontrando la libertad a través de la salvación en Jesús, pero están
atrapados en el pecado o la superstición.
Mientras recordamos a nuestros trabajadores hoy, oremos por sus
familias. Ore para que cada trabajador regrese con seguridad a sus
seres queridos al final de su labor. Oremos para que Dios proteja a
esos seres queridos mientras nuestros obreros están ausentes. Y oren
para que los que han sido separados de sus familias por el bien del
Evangelio, puedan ser reconciliados. No hay nada como el apoyo
familiar para alentar a los obreros que se esfuerzan por cumplir la
Gran Comisión.

Solicitud:

Túrnense en su equipo compartiendo peticiones personales de oración
para sus familias. ¿Acaso el cónyuge de alguien lucha contra una
enfermedad? ¿Hay niños con problemas en la escuela? ¿Alguien se ha
alejado de un hermano o de sus padres? Oremos a Dios para que afecte
todas nuestras relaciones y proteja a todos nuestros seres queridos.
“Lo que haces en tu casa vale tanto como si lo hicieras en el cielo
para nuestro Señor Dios.” – Martin Luther

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