8 May 2017

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 May 8, 2017
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19 Al atardecer de aquel primer día de la semana, estando reunidos los discípulos a puerta cerrada por temor a los judíos, entró Jesús y, poniéndose en medio de ellos, los saludó.
― ¡ La paz sea con ustedes !
20 Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Al ver al Señor, los discípulos se alegraron.
21 ―¡La paz sea con ustedes! —repitió Jesús—. Como el Padre me envió a mí,
así yo los envío a ustedes.
22 Acto seguido, sopló sobre ellos y les dijo:
―Reciban el Espíritu Santo. 23 A quienes les perdonen sus pecados, les serán perdonados; a quienes no se los perdonen, no les serán perdonados. Juan 20:19-23 (NVI)

“¡Cristo ha muerto, Cristo ha resucitado, Cristo vendrá otra vez!” Esta verdad resuena dentro de nosotros mientras disfrutamos del resplandor de la Semana Santa. Al entrar en un nuevo mes, hagamos una pausa en la meditación y oración y recordemos las palabras y acciones de Jesús en su primera aparición a Sus discípulos.
La primera cosa a tener en cuenta es el contexto del miedo. Los discípulos acaban de presenciar la horrible muerte de su amigo y maestro y ahora temen por sus propias vidas. Es en este momento que Jesús vino y se paró en medio de ellos para consolarlos y traerles alegría. Él extiende Su paz a ellos y les muestra las heridas en Sus manos y sus lados. La extensión de Su paz a Sus discípulos y a ti y a mí hoy es el fundamento de nuestra fe. La obra de Jesús en la cruz nos ha reconciliado con Dios y a los unos con los otros, y en esto debemos alegrarnos mucho.

En medio de su júbilo, Jesús les extiende Su paz nuevamente y, sin vacilar, les ordena que sigan Sus pasos. Él les revela que la misión que le ha dado Su Padre ahora les está siendo confiada a ellos como su misión. Para Jesús, no basta con que unos pocos conozcan Su paz y perdón. Él quiere que todos los hombres, en todas partes lo conozcan y Él envía a los que han experimentado Su bondad para ser un testigo a aquellos que aún no lo han oído o recibido. Jesús entonces sopla sobre ellos y les dice que reciban el Espíritu Santo. La única manera de que ellos caminen en el mundo como El lo hizo, es por la llenura del Espíritu Santo.

Creo que esta historia es para todos nosotros y confío en que el Espíritu Santo hable con todos y cada uno de los que leen esto hoy. Ya sea que necesite Su paz y alegría, un renovado sentido de ser enviado por Él o necesitado del poder del Espíritu Santo para cumplir la misión, hoy es el día para encontrar a nuestro Señor resucitado de una nueva manera. Al orar y buscar a Dios, imagine usted mismo en esta historia como uno de sus discípulos. Hable con él acerca de su miedo y pídale su paz. Tenga comunión con Jesús y recuerde sus heridas que él recibió por amor a nosotros. Oren por la llenura del Espíritu Santo en todo lo que hagan y vuelvan a comprometerse a ser enviados a un mundo perdido y moribundo con el mensaje de perdón y paz a través de Jesús.

Oración: Resucitado Jesús, gracias por tu presencia y tu paz que vencen todos mis miedos y me hacen regocijar. Gracias por tu Espíritu Santo sobre mí hoy y por enviarme a sanar a los quebrantados de corazón y a liberar a los cautivos, tal como tu lo hiciste. Tu misión es mi misión. Ayúdame a buscar y salvar a los perdidos y traer gran gloria a tu nombre en toda la tierra. En Su Nombre, Amén.

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